2. A menor estatura, mayor desgaste óseo
Una investigación llevada a cabo por el centro médico Cleveland Clinic ha demostrado que las mujeres de baja estatura o con huesos pequeños son más propensas a padecer osteoporosis. Lo curioso es que sucede algo similar con los hombres menudos.
El grupo de expertos de Cleveland Clinic asegura que tanto la estructura ósea como el peso corporal juegan un rol clave en el porcentaje de deterioro de los huesos. En conclusión, aquellos con contextura física pequeña tienden a perder densidad ósea mucho más rápido que los más corpulentos.
![osteoperosis]()
3. Demencia en mujeres bajas
Un estudio llevado a cabo por la University College de Londres, Inglaterra, asegura que las mujeres de baja estatura son más vulnerables a sufrir enfermedades cerebrales que, con el tiempo, generen deterioro cognitivo.
El doctor David Batty, el encargado de dirigir el estudio, señaló que las personas de sexo femenino de menos de 1,50 de estatura tienden a desarrollar problemas de salud tales como desnutrición y estrés psicosocial, que deterioran sus funciones mentales y hasta pueden derivar en demencia en las etapas más avanzadas de sus vidas.
![Alzheimer’s Disease]()
4. A menor estatura, mayor expectativa de vida
Una investigación llevada a cabo por la Escuela de Medicina Albert Einstein, que pertenece a la Universidad Yeshiva en Nueva York, asegura que los individuos de baja estatura poseen un gen que está vinculado con la longevidad.
Este estudio realizado en el año 2006 con el aval del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento examinó qué tipo de papel juega la genética en los seres humanos longevos y en su descendencia y descubrió que existen distintos marcadores biológicos que ayudan a predeterminar la expectativa de vida de las personas. Los investigadores han detectado un nuevo polimorfismo del gen IGF- 1 en el factor de crecimiento insulínico en la mayoría de las mujeres de menor altura. Este gen está íntimamente relacionado con la longevidad.