Cada año, alrededor de todo el mundo, se diagnostican más de 14 millones de nuevos casos de cáncer. La cirugía, la quimioterapia, la inmunoterapia, la terapia hormonal y la terapia dirigida se encuentran entre los tratamientos más comunes. Aunque cada vez son más los médicos que recurren a la radioterapia.
Se estima que aproximadamente el 50 por ciento de todos los pacientes con cáncer pueden beneficiarse de la radioterapia, lo que hace que comprenderla, desglosar los diversos síntomas y saber qué esperar, sea una parte importante para quienes les toca vivir este tratamiento. Hoy, vamos a resaltar los efectos secundarios a corto y largo plazo, además de iluminar la experiencia del paciente para comprender mejor todo lo que se puede esperar cuando se trata de radioterapia.
¿Qué es la Radioterapia?
La radioterapia se utiliza como tratamiento para varios tipos de cáncer y se basa en utilizar rayos de alta energía (o haces) concentrados de radiación para destruir las células cancerosas. La forma en que se logra depende completamente del tipo de radioterapia que se utilice. Estos son tres tipos de radioterapia:
- La radiación de haz externo usa una máquina que se dirige con precisión a las células cancerosas con haces de radiación capaces de penetrar el cuerpo.
- La radioterapia interna a menudo se denomina braquiterapia. Esta orientación se produce internamente mediante un implante colocado por un médico cerca del sitio del cáncer. Este implante podría ser un tubo, un alambre, una cápsula, una semilla o un gránulo.
- La radioterapia sistémica también ocurre internamente, aunque el proceso es diferente. Con esta aplicación, a menudo se le pide al paciente que trague o se le inyecta una sustancia radiactiva que luego viaja por el cuerpo para encontrar y destruir las células cancerosas.
El tipo de cáncer, la etapa, el tamaño y la ubicación son factores que influyen en el enfoque médico de la radioterapia, aunque cada una de las tres aplicaciones comparte un objetivo similar.