El mieloma múltiple se forma en los glóbulos blancos conocidos como células plasmáticas y provoca la aparición de células cancerosas en la médula ósea. Con el tiempo, estas células cancerosas empiezan a expulsar a las células plasmáticas sanas -las cuales son las responsables de combatir las infecciones y producir los anticuerpos necesarios para liderar la lucha contra los gérmenes y las infecciones-. En cambio, las células cancerosas producidas por el mieloma múltiple dan lugar a la producción de proteínas anormales que acaban causando importantes problemas de salud, sobre todo en los riñones de los afectados.
Dado que el mieloma múltiple se dirige a las células sanas de la médula ósea, suele denominarse “cáncer de médula ósea”. Al igual que con cualquier forma de cáncer, la clave está en ser capaz de identificar los signos y síntomas de la enfermedad y tomar medidas antes de que sea demasiado grave. Entonces, ¿cuáles son exactamente los síntomas del mieloma múltiple?
1. Agotamiento/fatiga
Uno de los primeros signos del mieloma múltiple es una sensación general de agotamiento que no desaparece, incluso cuando se descansa mucho y se sigue una dieta saludable. Esta sensación de fatiga suele estar relacionada con la forma en que el mieloma múltiple ataca las células sanas de la médula ósea, lo que, en muchos casos, puede provocar anemia.
Dado que la sensación de fatiga es bastante común, este síntoma debe considerarse en combinación con otros signos de mieloma múltiple de esta lista. Por ejemplo, una persona con antecedentes familiares de cáncer, especialmente de médula ósea, querrá someterse a una prueba de detección de mieloma múltiple si, de repente, experimenta una oleada de cansancio prolongada -y generalmente ininterrumpida- que dura varios días o semanas.