Los estudios demuestran que enviar a su hijo al colegio con un almuerzo saludable lo mantendrá alimentado, atento en clase y concentrado durante todo el día. Por el contrario, los almuerzos y meriendas llenos de azúcares refinados, grasas poco saludables y sin ningún otro valor nutricional, provocarán letargo, fatiga e incluso estimularán la irritabilidad.
No es ningún secreto que puede ser difícil preparar almuerzos saludables cuando se trata de niños quisquillosos y que cuesta mucho dinero y requiere mucho tiempo preparar almuerzos súper saludables para los niños. Sin embargo, si tenemos en cuenta que muchos alimentos y aperitivos preenvasados están llenos de grasas malas, colorantes, conservantes añadidos, exceso de calorías, almidones refinados y azúcar, y tienen un alto contenido en sodio, resulta claro que los ingeniosos envases de los alimentos precocinados rotulados “favoritos para la lonchera” se llevan una calificación de ‘D’ en lo que respecta a valor nutricional. Para ayudar a tomar mejores decisiones a la hora de preparar el almuerzo de los niños, intente evitar estos 15 alimentos. No se preocupe, también le ofrezco alternativas para reforzar la nutrición y el éxito…
Sándwich de queso fundido
Un simple sándwich de queso fundido es uno de los favoritos de la infancia. No sólo es fácil de hacer, sino que los niños no pueden resistirse al sabor del queso. Si opta por preparar su sándwich con rebanadas de queso procesado, lo más probable es que ni siquiera esté utilizando queso de verdad. Es cierto que muchos quesos en rebanadas que se comercializan para los niños están enriquecidos con calcio, pero el “queso” en sí suele ser un producto a base de aceite -no de productos lácteos- y contiene pocos nutrientes.
Además, los investigadores de Consensus Action on Salt and Health descubrieron que la mayoría de las rebanadas de queso procesado contienen más sal en una sola rebanada que una bolsa de papas fritas para el almuerzo. Sin embargo, puede preparar un queso fundido asado saludable utilizando pan integral, queso cheddar o de cabra auténtico, verduras (por ejemplo, rodajas de tomate) y pavo o pollo magro.