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¿Está seguro de que es alérgico a algún alimento?

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By ActiveBeat Español

Las alergias a alimentos se han extendido y, si tiene hijos, probablemente no pueda ponerles mantequilla de maní a los sándwiches de sus portaviandas por miedo a que los pequeños no la toleren. Más allá de las alergias más comunes a los alimentos que, por lo general, son muy fáciles de diagnosticar — como al maní, a las nueces, a la leche y a los huevos — hay miles de síntomas que suelen asociarse a reacciones alérgicas pero que, en realidad, no tienen mucho que ver. En cambio, pueden ser causadas por alguna otra enfermedad que requiera llevar a cabo un tratamiento y realizar cambios en el estilo de vida. Un buen examen seguido de un diagnóstico preciso es crucial para poder realizar los ajustes correctos en su dieta y así evitar complicaciones a largo plazo.

Continúe leyendo para conocer más acerca de enfermedades y problemas de salud cuyos síntomas se asemejan a los de una alergia alimenticia…

1. Enfermedad celiaca mal diagnosticada

El celiaquismo es una enfermedad autoinmune que provoca la inflamación del intestino delgado y le impide al organismo absorber determinados nutrientes. Si bien durante la década pasada los profesionales de la salud han sido más activos en sus intentos por detectar casos de intolerancia al gluten, — esto provocó que se generara un aumento en la cantidad de personas diagnosticadas —- muchas sí tenían la enfermedad celiaca pero no siempre era el caso. Esta terrible enfermedad causa daño permanente en muchos órganos vitales si los afectados llegan a ingerir gluten, así que es importante que consulte a su médico si ha experimentado alguna reacción asociada con esta proteína.

Los síntomas inmediatos y a corto plazo de la enfermedad celíaca que se asemejan a los de una alergia incluyen hinchazón, calambres y diarrea. Otros incluyen anemia, pérdida de peso y fatiga. A pesar de que las manifestaciones del celiaquismo varíen según los pacientes, los daños permanentes ocurren incluso con reacciones leves al gluten. Es por eso que es muy importante contar con un diagnóstico preciso para evitar afectar su organismo por el resto de su vida.

2. Intolerancia vs. Alérgenos

Es común para las personas confundir intolerancia con alergia. Da la impresión de que muchos tienen alergias, pero ese no siempre es así. Según la Clínica Mayo, es más común que la intolerancia a los alimentos sea el causante de la reacción física. Aún así parece haber una gran confusión al respecto. La diferencia más significativa entre intolerancia y alergia es que la última desencadena una reacción en su sistema inmunológico, mientras que la intolerancia constituye la incapacidad de su organismo de digerir determinados alimentos o compuestos.

La intolerancia al gluten es un muy buen ejemplo de esta confusión. Seguramente haya escuchado a alguien decir que su intolerancia a algún alimento es “como una alergia”, simplemente como para dar una explicación que lo demás puedan entender sin problemas. Afortunadamente, la reacción a la intolerancia suele ser menos severa que la de una alergia. Debido a que muchas alergias pueden poner en riesgo su salud, quienes las padezcan deben tener a mano una inyección de epinefrina en caso de que ocurra una reacción.

3. Úlceras desconocidas

Las masas suelen confundir el causante de las úlceras; algunos síntomas como el dolor abdominal hacen que crea que es alérgico a algún alimento y más si sucede después de comer. Es probable que haya escuchado que el estrés, el alcohol y las comidas picantes son los que ocasionan las úlceras, pero éstos no son los principales culpables. Sí, su úlcera puede irritarse o empeorar después de consumir ciertos alimentos o al estar estresado. Sin embargo, el verdadero problema son las bacterias específicas que se encuentran en la mucosa del estómago y en ciertos analgésicos y medicamentos, las cuales irritan e inflaman la zona.

Según la Clínica Mayo, es común que las úlceras provoquen náuseas, vómitos (de alimentos y de sangre), sangrado en las heces, pérdida de peso y cambios en el apetito. Se trata de pequeñas llagas en la mucosa del estómago y en el intestino delgado y pueden ser muy dolorosas. Aparecen y desaparecen pero se irritan y generan dolor cuando entran en contacto con el ácido estomacal. Intentará evitar ciertos alimentos y querrá tomar antiácidos para aliviar los síntomas, pero si los medicamentos de venta libre ya no funcionan, lo más recomendable es que consulte a su médico.

4. Síndrome del Intestino Irritable (SII) no diagnosticado

Seguramente alguna vez haya pronunciado la frase “esta comida me cayó pésimo” o alguno de sus derivados. Si le pasa con frecuencia, pensará que es alérgico a algún alimento o aderezo. Sin embargo, puede que padezca el síndrome del intestino irritable (SII), una enfermedad que, por lo general, requiere tratamiento de por vida y exige cambios en la alimentación y en el estilo de vida a fines de reducir la gravedad de los síntomas. Es muy fácil de tratar una vez que ha sido diagnosticada, por lo que es esencial consultar a su médico lo antes posible.

Algunos de los síntomas del SII que se asemejan a los de cualquier alergia son los calambres y el dolor abdominal, la hinchazón y la diarrea. Si bien muchas personas asumen que son alérgicos al experimentar alguno de estos síntomas, deben tener en cuenta que también existen otras posibilidades — muchas de las cuales pueden traer otras complicaciones más serias si no son tratadas a tiempo — mientras que, por el contrario, las alergias alimenticias no suelen ser un problema para la salud. También es importante aclarar que por más que se trate de una alergia, es importante que consulte a su médico en caso de experimentar nuevos síntomas o cambios en sus movimientos intestinales o en sus heces.

5. Hernia de hiato

Hay tantas enfermedades que se parecen a las alergias alimenticias; otra de ellas es la hernia de hiato y es muy similar a la acidez. Debido a que muchos de los que la padecen asumen que se trata de algún tipo de alergia alimenticia o de que ciertos alimentos les producen acidez, no suelen consultar a un médico hasta que los síntomas son demasiado avanzados. La mayoría se sorprende al saber que tiene una hernia de hiato y que eso es lo que les causa acidez y les provoca dificultades al tragar.

Cuando se tiene una hernia de hiato, el estómago hace presión sobre la abertura que se encuentra entre el esófago y el pequeño orificio que conduce al diafragma. El tamaño de dicha abertura varía según el paciente; entre los síntomas adicionales (más allá de la acidez y las dificultades para tragar) se encuentran la fatiga y los eructos excesivos. Al sentir todos estos síntomas, es probable que el paciente quiera consultar a un médico para confirmar si tiene o no una alergia. Lo bueno es que las hernias pequeñas no presentan síntomas y las más grandes pueden ser tratadas con medicamentos y con algunos cambios en su estilo de vida.

6. Exceso de histamina

Urticaria. Rostro enrojecido e hinchado. Estos síntomas le recordarán exactamente a los de una reacción alérgica y es muy probable que tenga que dejar de consumir aquello que le causó esta reacción. Sin embargo, puede que estos síntomas no sean los de una verdadera alergia. En cambio, puede que la culpable sea la intolerancia a la histamina; más precisamente, el exceso de histamina.

La histamina es un compuesto químico que se almacena en células del cuerpo. Se libera durante una reacción alérgica y es por eso que casi nunca es considerada un factor desencadenante. Según un artículo de la revista American Journal of Clinical Nutrition, el exceso de histamina puede ocurrir cuando las enzimas del organismo no funcionan de manera efectiva. Luego, al ingerir algún alimento rico en histamina, o al consumir drogas o alcohol y provocar que este compuesto se libere o que se bloqueen las enzimas mientras realizan su trabajo, termina experimentando esta reacción.

7. Sensibilidad a los aditivos alimenticios

Hoy en día, las opciones de compra de alimentos empacados y llenos de conservantes son ilimitadas. Las prisas y el estrés de una vida agitada llevan a las personas a buscar alimentos que sólo necesiten ser calentados o a sentirse atraídas por todos esos bocadillos que son para llevar. Básicamente, así no tiene que preocuparse por preparar comidas elaboradas ni por entender recetas complicadas, por lo que muchos eligen estos bocadillos llenos de químicos, de conservantes y de saborizantes que, en muchos casos, favorecen la aparición de todos estos síntomas alérgicos.

Existe muchísima controversia acerca de la influencia que tienen los aditivos sobre este tipo de reacciones. Algunos experimentan inflamación, urticaria, calambres estomacales, diarrea, náuseas y sudoración después de ingerir alimentos que tienen determinados aditivos. De acuerdo con las los registros de dichas reacciones, la gravedad puede variar considerablemente. En algunos casos, se ha podido confirmar que algunos aditivos generan reacciones alérgicas o hasta inducen ataques de asma. Si, por lo general, experimenta este tipo de síntomas alérgicos, evite consumir estos alimentos empaquetados y vea qué sucede; para su tranquilidad, le recomendamos que consulte a su médico.

8. Deficiencia o mal funcionamiento de las enzimas

La deficiencia de enzimas y su mal funcionamiento pueden causar síntomas muy parecidos a los de una reacción alérgica y esto es algo entendible — los síntomas cambian según la enzima, pero es muy común experimentar una mezcla de sensaciones, desde hinchazón y gases, hasta erupciones y molestias abdominales. Las enzimas cumplen un papel importantes, ya que influyen en la velocidad de ocurrencia de las reacciones químicas del cuerpo o, más específicamente, aumentan la velocidad de dichas reacciones. Si este proceso no ocurre lo suficientemente rápido, su cuerpo puede verse afectado de diversas maneras.

Ya que su cuerpo depende tanto de las enzimas para llevar a cabo miles de procesos metabólicos, no debería sorprenderse si experimenta síntomas o desarrolla enfermedades o problemas de salud cuando no funcionan correctamente. Cualquier síntoma derivado de alguna deficiencia de enzimas no tiene por qué tratarse de una reacción alérgica. Por más interesante que suene, la intolerancia a los alimentos puede ser generada por la falta de enzimas, lo cual luego se vincula con problemas de salud similares a cualquier alergia alimenticia. Algunos ejemplos de deficiencias de enzimas son las intolerancias a la lactosa y a la fructosa.

9. Niños pequeños que no comen determinados alimentos

Es muy probable que conozca a alguien que haya dejado de darle a su hijo, hermano o sobrino algún alimento porque sospecha que éste pueda ser alérgico. Esta es una decisión muy común entre padres con niños pequeños que sufren de vómitos o molestias después de haber comido algo. Puede que presenten otros síntomas como diarrea. Sin embargo, lo que muchos padres no hacen es consultar a un médico y considerar el impacto general de eliminar ciertos grupos alimenticios de las dietas de sus niños.

Esta decisión puede ser muy peligrosa. ¿Por qué? Es difícil asegurarse de que un niño reciba todos los nutrientes necesarios para desarrollarse de manera saludable si se elimina de manera drástica algún grupo alimenticio. En el caso de los niños pequeños, especialmente aquellos menores de 2 año, esta falta de interés en ciertos alimentos puede tratarse de una aversión psicológica a algo o de algún tipo de intolerancia, lo cual cambia el enfoque de la situación. Si su niño se siente mal, ya sea a causa de una alergia alimenticia, de intolerancia o incluso de una reacción psicológica, lo más seguro es consultar a un experto; su médico de cabecera o a un nutricionista.

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