Además del corazón, el cerebro y el hígado, el sistema respiratorio, incluidos los pulmones, constituye una de las partes más importantes del cuerpo humano. Sin pulmones que funcionen correctamente, una persona tendrá dificultad para encontrar el aire y la energía para completar incluso las actividades físicas básicas.
El acto de respirar implica llevar oxígeno al cuerpo, un paso necesario para mantener nuestros órganos principales funcionando como deberían. Una persona que no recibe suficiente oxígeno está destinada a sufrir una variedad de problemas de salud importantes, incluidas enfermedades respiratorias graves y enfermedades cardíacas. Por esa razón, es importante estar al tanto de las estrategias que pueden ayudar a que nuestros pulmones funcionen como deberían, asegurando así que el resto del cuerpo tenga el oxígeno que necesita para funcionar de manera óptima.
Manténgase Activo
¿Qué es más importante, ser delgado o estar activo? En América del Norte, donde la imagen a menudo se considera lo único que importa, el énfasis suele estar en lo primero, incluso si eso no significa hacer ejercicio con regularidad. En términos generales, alguien que es delgado debido a la genética o a una dieta saludable probablemente sentirá menos presión para estar físicamente activo.
Y eso es un problema porque una persona que es delgada y come bien pero no hace ejercicio con regularidad tendrá pulmones que funcionan muy por debajo de su capacidad. Al no desafiar a sus pulmones con una actividad física más intensa, este individuo puede encontrarse en una posición en la que, si se requiere ejercicio físico, podría resultar en un problema de salud significativo. Por ejemplo, si se enfrenta a una situación de emergencia que requiere que realice una actividad física intensa, es posible que no puedan realizar esa actividad y, como resultado, pueda sufrir una lesión.