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Diez motivos por los cuales nos desmayamos

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By ActiveBeat Español

Las causas de los desmayos son variadas y muchas veces pueden ser difíciles de detectar. Desde niveles bajos de azúcar hasta deshidratación o problemas de corazón y convulsiones; algunos desencadenantes son más graves que otros. Por esta razón, es importante estar alerta y consultar a un especialista ante la presencia de estos síntomas.

Cuando una persona se está por desmayarse tiende a sentirse mareada o descompuesta momentos antes de que esto suceda. Es importante mantener al afectado en una posición segura para prevenir lesiones durante la caída. Hemos decidido detallar los 10 principales motivos de la pérdida de la lipotimia, como también suele llamarse. ¡Continúe leyendo para descubrir cuáles son!

1. Deshidratación

En términos médicos, los desmayos son conocidos como síncopes y pueden ser producto de una deshidratación y esto sucede cuando el organismo no recibe más fluidos de los que libera. Hay distintos niveles y de ello dependerán los tipos de síntomas que se experimenten. Entre los más comunes se encuentran los mareos, la fatiga, los dolores de cabeza y las ganas de orinar menos frecuentes. Cuando se alcanza el grado máximo de deshidratación, puede ocurrir un desmayo.

Lo que sucede es que la presión sanguínea disminuye y, mientras más tiempo pase deshidratado, más le costará al organismo estabilizarla y hasta puede derivar en un desmayo. Cambiar de posición de repente aumenta los riesgos de sufrir un síncope. Si bien la deshidratación se puede prevenir al tomar las cantidades necesarias de agua, también puede ser una consecuencia de otras enfermedades como la diabetes, el alcoholismo o una gripe. Si cree que tiene algún problema más serio, consulte a su médico de inmediato.

2. Tos

Puede que no se trate de una de las causas más comunes de los desmayos pero puede ser un desencadenante algunas veces. Con toser nos referimos a los ataques que se extienden por un largo rato y que generan problemas para respirar, dolor o demasiado estrés en los músculos del cuerpo. Los ataques de tos vienen acompañados de cambios bruscos en la presión sanguínea y eso los convierte en un desencadenante de desmayos.

Quienes hayan tosido por un largo rato tendrán la cara roja y, como mencionamos antes, esto sucede por las rápidas fluctuaciones en los valores de la presión sanguínea. Las personas con asma o con alguna otra enfermedad respiratoria suelen sentir mareos, fatiga y molestias después de un episodio de tos prolongado. De todos modos, si se siente identificado con esta descripción pero no hay una razón aparente para su malestar, consulte a un experto.

3. Enfermedades cardiovasculares

Existen diversas enfermedades cardiovasculares que provocan desmayos, los cuales son clasificados como síncopes cardiacos. Estas afecciones, por lo general, no son graves y más aún si son hereditarias. Si siente fatiga, palpitaciones, latidos irregulares, dolor en el pecho o cambios en su pulso, debería buscar ayuda lo antes posible para asegurarse de que no necesite algún tipo de tratamiento o control.

Uno de los principales culpables de los desmayos son las arritmias (latidos irregulares del corazón), las cuales alteran el flujo sanguíneo y, como ya hemos mencionado, esto puede resultar en desmayos. En casos más graves y menos ocasionales, los síncopes cardiacos pueden venir acompañados de paros cardiacos. ¡Sea precavido y présteles atención a las señales que su cuerpo le envía!

4. Medicamentos

Algunos medicamentos suelen tener efectos secundarios, aunque la mayoría de las personas no los note. Entre los más comunes se encuentran mareos, vómitos, visión alterada, hemorragias y desmayos. En ciertos casos, los pacientes se sienten tan mareados que no son capaces de llevar a cabo sus quehaceres con normalidad. En casos más graves, esta sensación tan intensa de vértigo resulta en un síncope.

Entre los medicamentos que provocan desmayos se encuentran aquellos para tratar la depresión, la hipertensión y las alergias, ya que tienen como finalidad reducir la presión sanguínea. Son muy pocos los individuos que sufren efectos secundarios peligrosos o fatales, pero no hay razón para preocuparse. No obstante, ante la presencia de algún malestar o si desea realizar una consulta específica, visite a su médico de confianza y deshágase de todos los interrogantes.

5. Hambre

Momentos antes de desmayarse, las personas suelen experimentar mareos, visión borrosa, latidos irregulares, náuseas y sudoración excesiva. Si no ha ingerido ningún tipo de alimento por un largo rato, estos síntomas vendrán acompañados de la pérdida de conocimiento.

Desafortunadamente, en una época en la que vivimos tan acelerados, es muy común acostumbrarnos a saltear comidas. Trabajo, entrevistas, trabajo voluntario, deportes, llevar a los niños a la escuela…todas estas actividades requieren mucha energía y tiempo. Su organismo necesita alimentos para funcionar correctamente; de lo contrario, sus niveles de glucosa se reducirán bruscamente y se sentirá mareado, fatigado y, si sigue sin alimentarse, puede que hasta se desmaye. ¡Háganos caso y siga una dieta equilibrada para no morirse de hambre!

6. Diarrea

Entre las causas más comunes de la diarrea se encuentran los virus, la ingesta de ciertos alimentos, medicamentos, estrés y enfermedades subyacentes. Se trata de una situación desafortunada que todos experimentamos alguna vez (o varias veces) en nuestra vida y, por lo general, no suele ser motivo de preocupación. No obstante, la diarrea persistente puede resultar en una deshidratación y, para que esto no suceda, se recomienda que beba grandes cantidades de agua.

Si tiene un episodio sorpresivo de diarrea y éste se mantiene por varios días, debería consultar a su médico. Desde desencadenantes como intolerancia a ciertos alimentos hasta virus como la enfermedad de Crohn o el Síndrome del Intestino Irritable (SII), la diarrea crónica no debe pasarse por alto. Una solución eficiente son los cambios en la alimentación y en el estilo de vida; para casos más graves, su médico le recomendará otros tratamientos específicos.

7. Ataques de pánico y ansiedad generalizada

Durante un ataque de pánico la respiración se ve interrumpida. Algunas personas comienzan a hiperventilar, lo que hace que su frecuencia cardiaca se eleve y que su presión sanguínea decaiga. Esto es lo que hace que la persona afectada sienta que se va a desmayar. Si no logran controlar su respiración y frenar el ataque, el desmayo puede suceder. La disminución de la presión sanguínea es una defensa natural del organismo para proteger sus órganos vitales, más precisamente su cerebro. Esto hace que la sangre se dirija allí y luego se distribuya a otras áreas.

Es importante aprender a manejar estos episodios para prevenir los mareos, la fatiga y las demás consecuencias tan debilitantes. Existen técnicas de respiración que ayudan a calmar la respiración. Necesita concentrarse en relajarse y en respirar hondo. Entrar en pánico al hiperventilar sólo empeora las cosas. Consulte a un especialista para aprender a aliviar los síntomas de estos molestos episodios de ansiedad.

8. Diabetes

La diabetes hace que los niveles de azúcar se eleven y que los pacientes necesiten efectuar cambios en su estilo de vida y en su medicación. Aquellas personas con diabetes tipo 1 dependen de las inyecciones de insulina por el resto de sus vidas y deben seguir una dieta equilibrada para poder controlar la enfermedad. La diabetes tipo 2 es mucho menos común y puede regularse por medio de una buena alimentación, de actividad física regular y de controles continuos de los niveles de glucosa en sangre.

En ambos tipos de diabetes pueden ocurrir desmayos. Cuando un individuo afectado se pone de pie bruscamente o no ha comido bien, los riesgos se incrementan. Los desmayos son un importante indicador de esta enfermedad, por lo que los médicos los tienen muy en cuenta a la hora de realizar un diagnóstico detallado.

9. Anemia

Según la Clínica Mayo, la anemia es una enfermedad que ocurre cuando al organismo carece de glóbulos rojos suficientes para trasladar el oxígeno necesario a los demás tejidos. Es por eso que los anémicos por lo general se sienten cansados y débiles. Los desmayos aparecen cuando la anemia ya se encuentra en un estado avanzado pero no se preocupe, no se va a desmayar de repente; antes experimentará otros signos de advertencia. La buena noticia es que esta afección puede tratarse fácilmente y puede curarse por completo.

La gravedad y la duración de la anemia dependerán de diversos factores. La Clínica Mayo distingue varios tipos de anemia, entre las que se incluyen deficiencias de hierro, de vitaminas, anemias que surgen de enfermedades crónicas, de tipo hemolítica, falciforme y aplásica. Es importante saber que si padece alguna de estas formas de la afección, deberá mantener informado a su médico al respecto.

10. Convulsiones

Estas son una de las razones más comunes de los desmayos y pueden obligarlo a visitar la sala de emergencias. Honestamente, las convulsiones son aterradoras. Puede que pierda la conciencia y no recuerde nada de lo que sucedió y, en algunos casos, los sacudones violentos y las dificultades para hablar aparecen. No se trata de una enfermedad en sí, sino que surgen a causa de otro problema de salud subyacente. Pueden aparecer de repente y sin previo aviso o después de ciertos signos de advertencia.

Si alguien a su alrededor se siente mareado, recuéstelo y, en lo posible, póngale las piernas en alto. Esto principalmente lo ayudará a prevenir golpes en la cabeza, quebraduras o caídas en zonas peligrosas como escaleras, por ejemplo.

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